Sentado, escribe. ¿Una carta, nota suicida?
Se para y mira por la ventana. ¿Espera a alguien? ¿Sólo observa?
Cierra las cortinas, se seca las lágrimas, la nota termina hecha un bollo en el papelero, una más, y el cesto rebalsa de esquelas sin destino.
Se acuesta sin ganas de dormir, sabe, se ha dado cuenta, que no tendría que haberla dejado partir.
Nada de lo que diga con palabras escritas la hará regresar.
Se levanta y prepara las valijas, su promesa de “acá estaré esperándote siempre” se vuelve una mentira.
Ella volverá arrepentida unos días después y él nunca lo sabrá.
Sentado, escreve. Uma carta, bilhete suicida?
De pé olha pela janela. Tá esperando alguém? Olha só?
Fecha as cortinas, seca o choro, o bilhete termina feito uma bola na papelada, mais uma, o lixeiro cheio de mais de cartas sem destino.
Se deita sem vontade de dormir, está sabendo, tomou conta, que nao teria que have-lá deixado partir.
Nada que diga com palavras escritas vai faze-lá voltar.
Se levanta e faz as malas, sua promessa de "aqui ficarei esperando por voce pra sempre" volta uma mentira.
Ela voltara arrependida uns dias depois e ele nunca vai saber.
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